Hechos 9: 6 “Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?
EL apóstol Pablo es un gran ejemplo de tener compromiso con Dios. Siendo que él era un perseguidor del reino de Jesús, cuando tuvo ese encuentro personal con Jesucristo no pudo más que decir: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Eso es tan sólo la primera parte de adentrarnos al compromiso con Dios: Tener el vivo y sincero deseo de saber QUÉ QUIERE DIOS QUE YO HAGA.
La segunda parte se vuelve más fácil si le hicimos esa pregunta a Dios con todo nuestro corazón y nuestra alma. Esta parte es la Ejecución a la respuesta de Dios. En otra palabra también: Obediencia. Y Pablo así lo hizo y su testimonio fue realmente grande así como su ministerio.
Muchos de nosotros tenemos un deseo en nuestro corazón de servirle verdaderamente al Señor, y en el fondo sabemos que necesitamos buscarlo más y comprometernos. Buscar a Dios necesita diligencia y necesita disciplina, pues habrá muchas distracciones que nos querrán robar el tiempo de la Presencia de Dios y llevarnos fuera del propósito de Dios. Por eso debemos tener ese dominio propio al tomar buenas decisiones y escoger la senda angosta. Así nos estaremos comprometiendo verdaderamente con el Señor.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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