Uno de los ejemplos que nos ha dejado el apóstol Pablo en la biblia, es el servir a Dios y ayudar al que tiene necesidad; esto testifica a los ancianos de la iglesia en Mileto camino a Efeso: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo (Hechos 20:18 al 21). El testimonio de Pablo es tremendo, aún en pruebas servía al Señor, predicando, ayudando, testificando del perdón y de la fe en Dios. Varones ¿nosotros que hacemos por el Señor?, es necesario levantarnos a servir, a ayudar, a predicar, a testificar de Dios con humildad, de corazón. Cada uno como sacerdote de hogar tomemos a nuestra familia y asistamos a la iglesia, involucrémonos para ayudar en la iglesia, a predicar a las almas, a orar por la gente enferma o que tiene problemas o en necesidad, sirvamos al Señor, que no sea una carga ir a la iglesia o ir a predicar a un hogar, todo lo hagamos de corazón por amor a Dios. Es triste que a veces escuchas a varones decir en la iglesia, “es que no me toman en cuenta”, pero una cosa si es importante, tenemos que esforzarnos y ser valientes y levantarnos e ir con tu pastor, y ofrecernos: en que le ayudo, para que soy bueno, en que le puedo servir, encomiéndeme algo para servir al Señor, etc. Adelante varones es necesario que nuestra familia vaya de la mano con nosotros sirviendo al Señor,
Uno de los pasajes en Lucas 10:30 a 37, que me impactan por la forma que podemos ayudar y extender la mano al que tiene necesidad y no voltearle la cara ignorando su problema, es la del buen samaritano. Déjeme decirle que existen personas o familias en necesidad tanto espiritual, de salud, económica, moral, laboral, legal, etc. Y muchos de nosotros en ocasiones pasamos de largo sin mirar por lo que está pasando, y aún llamándonos cristianos no lo hacemos, no lo practicamos al cabo vivimos en comodidad y lo demás que no nos importe, nos pasa lo que al levita y al sacerdote que solamente tenemos el nombre de cristianos como un título, solo somos hombres religiosos que no tenemos misericordia del hombre herido; esto pasa porque el evangelio no lo vivimos, sino que ignoramos el momento, como que no vimos nada o no escuchamos ninguna necesidad de las personas y no los aconsejamos, no oramos por ellos, ni les ofrecemos nuestra ayuda, es triste que así nos comportamos muchas veces, es que el verdadero amor de Dios no ha nacido en nosotros. Pero que hermoso lo que Dios hace, que a la persona que menos te imaginas es tocada por Dios para ayudarte, es movida a misericordia. Dios no deja desamparado a nadie, manda a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos. Varón sigue el consejo del apóstol Pablo: En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir (Hechos 20:35).
Varones les dejo esta palabra de bendición en 3 Juan 1:5-8 Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles. Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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