LA HUMILDAD DE JESÚS

Una de las características del amor, el amor verdadero, es que no es jactancioso, egoísta o soberbio; es al contrario, humilde, paciente, generoso; y Dios ES amor; por lo tanto, nosotros debiéramos perseguir y alcanzar esas cualidades para imitar a Dios, que es nuestra meta y nuestro fin. Jesús no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se humilló y se despojó a sí mismo para poder venir a esta tierra a hacer un sacrificio, a ser obediente hasta el final, su muerte. Si Jesús mismo, siendo el Rey de reyes vino para SERVIR, y no para ser servido; teniendo todo el poderío en Su mano y majestad vino a ponernos ejemplo, para que así como Él hizo, nosotros también hagamos (Juan 13:15)

La humildad es lo contrario al orgullo, a la soberbia, al yo y al egoísmo. La humildad es una muestra de que hemos muerto a nuestra carne y a nuestro deseo de sobresalir. Jesús dijo que si queríamos ser grandes, tendríamos que ser de los que sirven a los demás y no al revés (Mateo 20:26-28) Ejemplo nos ha dado Jesucristo, al poner su propia vida por nosotros y venir a ayudar a este mundo. El que se humilla será exaltado, pero el que se enaltece será humillado. Mateo 23:12 

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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