Daniel llegó joven a una tierra
ajena y nunca perdió sus principios enseñados en una casa que tenia el temor a
Dios.
Oró para una revelación de Dios y
aún hasta nuestros días estamos viviendo la profecía revelada a Daniel de
aquella estatua en el sueño de Nabucodonosor
Aun cuando le prohibieron orar y
bajo amenaza de muerte aun así Daniel oró confiado en que Dios le haría
justicia. Y en el foso de los leones a donde fue a dar de ahí fue librado por
la comunión que tenía con Dios
Los amigos de Daniel que tenían
la misma escuela de oración se negaron a adorar a la estatua de Nabucodonosor
costándoles ser lanzados al horno del fuego pero aún en el horno de fuego la
presencia del hijo de Dios estaba con ellos y ni un solo cabello de su cabeza
fue quemado
Estos jóvenes fueron ejemplo vivo
de las maravillas que Dios hace a los que le buscan, y tal vez vivieron más
experiencias, no lo sabemos. Pero en resumen nos damos cuenta que la comunión con
Dios en oración vale la pena y tiene su recompensa.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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