LA FAMILIA SIRVIENDO A DIOS

Mi corazón se llena de gozo y paz, porque en estas semanas pasadas mi familia, (mi esposa y mis tres hijas), se involucraron en apoyar en la obra de Dios, colaborando en las escuelas bíblicas de vacaciones; ellas trabajando como hormiguitas con los demás miembros de la iglesia, sembrando la semilla de la palabra de Dios en el corazón de los pequeños, que aunque sean niños necesitan a Jesús en sus corazoncitos; lo importante es que le den el tiempo al Señor y no en actividades que no edifiquen sus vidas. Veo que el amor de Dios está en nuestras hijas, por eso se involucran en servir a Dios. Por eso me gozo, como dice el Apóstol Juan en su tercera carta: No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad (3 Juan 1:4). Cada familia hagamos el propósito en el corazón para colaborar en el trabajo evangelistíco, alcanzando a otros para Cristo, sembrando la semilla de la verdad. Cuan necesario es que la familia sirva al Señor con todo su corazón y juntos asistan a la iglesia a adorar a Dios. Hermano o amigo, es vital involucrar desde pequeños a nuestros hijos en las cosas de Dios, sembrándole el amor a Dios en sus corazones, que ellos sean salvos y sigan a Jesús. No imponiendo una religión sino la necesidad de Dios en sus vidas y sientan esa pasión por servir a Jesús, ya sea con el talento que cuentan, con un instrumento, con enseñanza, en predicar o con su mismo testimonio. Darles las armas del evangelio para que cualquier ataque del enemigo no les haga daño sino que ellos enfrenten las adversidades en el nombre de Jesús.

Amigo, tal vez pasas desapercibido o ignoras si tu familia esté o no  involucrada al servicio de Dios, te estas perdiendo de una gran bendición. A veces por nuestro mal proceder en la vida o nuestro mal testimonio, nuestros hijos andan en malos pasos o aún los enviamos a la iglesia sólo por compromiso, con el riesgo que rechacen la salvación y por eso no quieran involucrarse en servir a Dios. Creo, que a veces caemos en un error, que desde pequeños los llevamos a la iglesia sólo a cumplir con el servicio dominical, pero no les enseñamos a servir y amar a Dios que debe ser el propósito principal; por eso vemos familias apáticas en las iglesias sin ganas y sin deseo de alabar a Dios y solo los ves socializando con otros, que no nos pase lo que el Apóstol Pablo les decía a los de Tesalónica: Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno (2 Tesalonicenses 3:11). Es urgente hermanos y amigos que como padres nos centremos y meditemos ¿que Dios quiere de nosotros, y que queremos para nuestros hijos?, usted mismo contéstese: vivir para el mundo y sus placeres que acarrean una muerte eterna o vivir al servicio de Dios que nos ama y nos dará vida eterna; los invito a ser una decisión y veas un futuro de paz para tu familia, si no has aceptado a Jesús en tu corazón se valiente y hazlo ahora, sirve al Señor, que es la mejor herencia que le puedes dejar a tus hijos, el amor de Dios. Pero si tu ya asistes a una iglesia con tu familia no seas indiferente en la obra de Dios, sino involúcrate en servir a Dios, no seamos familias religiosas, sino convencidas que Dios aún hace milagros y prodigios, y que aún salva al perdido que no tiene salvación, seamos participes de las maravillas de Dios. Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos (Deuteronomio 4:9).

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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