Traer un nuevo ser al mundo es relativamente fácil si
todo en nuestro cuerpo está en orden. Ser padre biológico es lo mismo,
relativamente fácil aunque muchos no poseen la capacidad de serlo por
cuestiones que no se abordarán en este momento. Para ser PAPÁ en la extensión total de la palabra; en
todo lo que significa, en todo lo que vale, en la responsabilidad que implica, eso,
no es fácil.
Ser PAPÁ no solo es ser progenitor, es ser cabeza de familia, ser ejemplo
en conducta, ser protector, una mezcla
de autoridad con misericordia, fusión de
justicia y ternura, un híbrido de fuerza y bondad. Es liderazgo como Josué; no dijo mi familia y yo… él dijo: Yo y mi
familia, serviremos a Jehová. Él por delante, poniendo el ejemplo. Es
trascender en la genealogía familiar. Es
dignidad, respeto, amor y
reconocimiento.
Solo de imaginar la enorme trascendencia del rey de
David, que siglos después Dios se sigue expresando en Su palabra a generaciones
nuevas…e hizo lo bueno como David su
padre… aunque sabemos que no eran hijos directos, pero el Señor lo decía
porque al ver sus conductas le traían a la memoria a aquél varón conforme a Su
corazón.
Dios tenga misericordia y permita que los que somos
padres, podamos llegar a ser conforme a la voluntad perfecta del Señor y que
nuestros hijos puedan tener un apoyo
en momentos de debilidad, una compañía
en momentos de soledad, un consuelo
en momentos de tristeza y una guía
en momentos de duda.
Dios nos conceda a nosotros los padres que se cumpla
Su palabra en nosotros:
Presentándote
tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo
que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. Tito 2:7-8
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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