UNA SEMANA DE PASIÓN POR AMOR A LA HUMANIDAD

Los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos relatan la última semana de Jesús en la tierra, en la cual hasta nuestros días recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo a partir de la entrada triunfal a Jerusalén (llamado domingo de ramos) hasta el día que resucitó (llamado domingo de resurrección. Una semana que para toda la humanidad debe ser el suceso histórico más sorprendente y maravilloso que ha existido, no una semana de vacaciones o descanso que muchos creen. Porque fue el suceso donde el Señor Jesús mostró Su gran amor, al dar su vida en rescate de la humanidad, como dice Su palabra: Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca (Isaías 53).

Hubo sucesos que pasaron durante esa semana: maldijo la higuera al verla sin fruto; echó a los que estaban en el templo, porque no era casa de oración sino una cueva de ladrones; contendían con Él los escribas y fariseos dudando de Su autoridad y estos planeaban arrestarle; Judas, uno de sus discípulos, lo vendió por miserables treinta monedas de plata; Jesús nos enseña la última cena, al cual debemos recordar siempre hasta que Él venga por su iglesia (santa cena); la oración en el huerto del Getsemaní, donde pasa momentos difíciles, hasta el sudor era como gotas de sangre; lo arrestaron y lo azotaron sin piedad, lo escupían y lo enjuiciaron, después cargó una cruz tan pesada durante el trayecto al monte calvario; lo maltrataban y hasta en la cruz vinagre le dieron a beber, y esa corona de espinas en su cabeza, sin escatimar el sufrimiento del Señor, pero todo esto se resume en la pasión y el amor con el que Jesús entregó su vida por la humanidad, haciendo la voluntad de Dios, y la palabra de victoria que en la cruz ya clavado exclamó “CONSUMADO ES”, podemos decir que todo estaba hecho, la obra redentora había terminado, el cordero fue inmolado en sacrificio por los pecados de la humanidad, el Salvador cargó el peso del pecado sobre de Él, entregó el espíritu al Padre; el velo del templo se rasgó y ahora tenemos entrada al Padre a través de Jesús.

Pero hay una gran verdad al final de la semana, un último suceso iba acontecer que como el Señor Jesús lo había anunciado que al tercer día sería levantado de entre los muertos, fue real, Jesús no esta muerto, Él esta vivo (llamado domingo de resurrección). Amigo, que esta semana sea de bendición para tu vida, considera el grande sacrificio que Jesús hizo por ti, Jesús te ama, líbrate de la condenación, entrega tu vida al Señor, busca la salvación, no vagues sin rumbo, Él tiene sus brazos abiertos para recibirte y para perdonar tus pecados. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (San Juan 3:16-17).

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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