La resurrección de Cristo vino a ser como la corona de la predicación
de Jesús. La evidencia genuina de que en verdad es el Hijo de Dios. Si Él no
hubiera resucitado toda su doctrina caería al suelo del desacredito, de nada hubieran
servido sus promesas, indicaciones, sus ruegos, su cruz, su sacrificio, etc.
Todo seria incompleto si él no hubiese resucitado de entre
los muertos. Pero resulta que Cristo resucitó. Que venció la muerte para darnos
la certeza de que él es el único hijo de Dios, que tiene autoridad sobre la
vida y la muerte y que ha prometido que el que crea en el aunque esté muerto
vivirá.
El apóstol Pablo declara con firmeza esta verdad y valla que
antes de tener un encuentro con Cristo no solo había sido intelectual y teólogo
sino que era enemigo de la cruz de Cristo y perseguidor de los creyentes. Pero una
vez que conoció a Jesús y comprobó su resurrección llegó a ser fiel y defender
a la doctrina de Cristo. Demostrando que Jesús, Su Palabra y su resurrección
transforman aún a los más escépticos, para darles una nueva vida en Cristo
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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