LA PRECIOSA SANGRE QUE DERRAMÓ PARA SALVACIÓN

La semana pasada veía en la noticias un reportaje de una señora, que acompañaba a su hija y nieto. Esta señora dio su vida por su nieto, ya que un auto a gran velocidad no detuvo su carrera y la abuela empujó y le gritaba al niño para que no lo arrollaran, y el niño se salvó pero la abuelita murió salvando una vida. Que escena más triste pero con un mensaje lleno de amor y redención hacia una persona, la señora salvó una vida sacrificando la suya. ¿Que nos enseña esta historia?, que Jesús hizo lo mismo, vino a morir para librarnos de la muerte espiritual, sacrificando su vida en rescate por ti y por mi. Por amor, derramó su sangre para nuestra redención y nos ha dado vida a través de su muerte. También podemos decir una escena de sufrimiento y muerte, pero fue la escena del Hijo de Dios derramando su sangre preciosa para nuestra redención y librarnos de la garras del Diablo. Amigo, te invito a que dejes entrar a Jesús en tu corazón, Él te extiende su mano en rescate por tu vida, deja que redima y perdone tus pecados, y seas salvo de la muerte espiritual, y recibas la salvación de tu alma.

Amigo y hermano, sólo por la sangre de Cristo tenemos redención: En esa voluntad (de Dios) somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios (Hebreos 10: 10-13). Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna (Hebreos 9:12-15).

Amigo y hermano: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2: 5-11).

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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