LAS RELACIONES DE UNA AMISTAD SANA

Tener una relación sana te permite ayudar y a servir con amor a tus amigos, a tu esposa, a tus hijos, a tus padres, a tus hermanos, a tu familia y a la iglesia. Porque nace del corazón hacerlo y además agradas a Dios, como nos lo dice Su palabra: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres (Colosenses 3:23). Si eres así, tus amistades creerán en ti y verán que no eres conflictivo, que no buscas retribución, ni recompensa, sino lo que llevas a cabo lo haces con amor y sirviendo a los demás. Entonces ganaras muchas amistades, porque el amor de Dios está en ti. Así Dios nos mostró Su gran amor a través de Jesús: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. (1 Juan 4:9-11).

Hermanos, hagamos relaciones sanas con nuestras amistades, con los hermanos en la fe, sin que exista dolo, envidias, mentiras, engaños, hipocresías, o doble ánimo, sino sigamos el consejo de la palabra de Dios: No mintáis los unos a los otros, sino: vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros (Colosenses 3:9-13). Seamos sinceros, leales, íntegros, porque nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13). Amémonos de corazón, así como Jesús nos ama: En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos (1 Juan 3:16).

Tal vez es difícil perdonar al que te ofende o al que te hace daño, pero perdonar es un principio bíblico que debemos aprender y practicar siempre en amor; creo que para el cristiano no se vale usar la frase” Te perdono pero no se me olvida”, porque entonces mentiríamos en decir que amamos a Dios, como dice: 1 Juan 4:20: Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Amigo, apártate de amistades que tienen malas influencias, que sólo acarrean consecuencias negativas o decepciones dolorosas, Jesús como Padre amoroso está con sus brazos abiertos para recibirte, amístate con Dios. La decisión de elegir a una sana amistad está en ti y en mí, no dejemos que el mundo nos venda amor y amistad como si fuera un espejismo o como vapor que se esfuma rápidamente. La palabra de Dios nos dice: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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