Podemos describir infinidad de peligros que estamos viviendo hoy en día, pero uno de los peligros que corremos es cuando viene la prueba o el problema y podemos flaquear, y nuestra fe se pudiera debilitar en lugar de fortalecerse, pero debemos conocer que si vamos por el camino de la verdad, vamos a pasar por algunas pruebas, por las cuales seremos refinados como el oro. Ahí es cuando la iglesia debemos estar intercediendo por cada miembro de la iglesia y por aquellos que inician a creer el evangelio. El apóstol Pedro nos dice una gran verdad que debemos vivir, y creerla, dándonos una solución a esos peligros: que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas (1 Pedro 1:5-9).
La biblia nos dice que persistamos en lo que hemos aprendido y en lo que fuimos persuadidos, en la fe en Jesús y persuadidos por Su palabra bendita, por eso aparte de orar por estos tiempos debemos aconsejar, como nos dice la biblia: Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos (2 Timoteo 1:6-9).
Iglesia tenemos que estar orando siempre, cada día los tiempos son más difíciles, cada día vemos más escases, cada día vemos más enfermedades complejas, cada día vemos que la maldad se multiplica más y más, cada día vemos una ciudad insegura, cada día vemos el riesgo para nuestras familias. Tenemos que renovarnos cada día como nos dice el apóstol Pedro: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca (1 Pedro 5:6-10).
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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