¿Te has sentido sólo alguna vez en tu vida? Creo que alguna vez lo hemos experimentado y se siente pesado, las angustias y el temor te invaden, entonces es donde el enemigo de nuestras almas aprovecha para vernos caer, pero es ahí cuando debemos de recordar la promesa de la palabra de Dios en Salmos 50:15: E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. El salmista se sentía en una condición de soledad, de aflicción y sus angustias aumentaban cada vez más, pero ahí en medio de sus pruebas clamaba e invocaba a Dios y escuchaba su oración. Vemos que el salmista cada vez que estaba en aflicción clamaba y expresaba la confianza en Dios a pesar de su condición: Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento. El salmista no estaba sólo, Jehová estaba con él, asimismo está contigo, no temas ni te sientas que estás sólo, tenemos Su dulce compañía, a pesar de que tan grande sea tú aflicción, David decía en Salmos 27:3 : Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.
Hermano no estás sólo, si estas experimentando la soledad hoy en día, no la mantengas en tu vida ni en tu hogar, el Señor está contigo, el te acompaña en tu camino, en tu trabajo, en donde quiera que andes ahí está el Señor para ayudarte a sobrellevar tu carga, dice Su palabra en Salmos 91:11Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. Aunque creas que tus aflicciones aumentan y tu soledad crece, es el momento de doblar tus rodillas al Señor y clamarle por tu angustia y la soledad de tu corazón y verás que la compañía divina de Dios estará contigo; el Señor Jesús nos dijo que ya no somos huérfanos, que el Consolador, el Espíritu Santo, te dará el consuelo a tu vida, como lo dice: Juan 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. No digas que nadie te quiere, que todos te han abandonado, deja que Jesús quite toda raíz de amargura, toda congoja de tu corazón y perdone tus pecados. Jesús te ama y Él está a tu lado, acéptalo como tu Señor y Salvador.
Recuerda estos pasajes de la palabra de Dios, que es para ti y para mí: Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isaías 41: 9-10). Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Josué 1:5).
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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