martes, agosto 23, 2011

LA MEDICINA DE DIOS EN LA ENFERMEDAD


Recuerdo en una ocasión, hace un par de años, me desmayé. Jamás me había pasado así que no sabía lo que se sentía y como era la primera vez, fui a consultar con la doctora familiar, para evitar, quizá, cosas más graves. La doctora me mandó hacer un análisis de sangre y al parecer todo estaba bien, sólo me recomendó tomarme unas gotas para la baja presión y que no omitiera NINGUNA comida al día. Tal vez ése era mi defecto, regularmente no desayunaba, así que tomé medidas. Sin embargo, a pesar de seguir las instrucciones de la doctora y no pasarme ninguna comida, llegó una ocasión en que era día de culto, yo tenía poco tiempo de haber llegado del trabajo pero como buena paciente comí antes de irme a la iglesia. Las cosas no resultaron, pues a mediados del culto, empecé a sentirme mal y de nuevo experimentaba esa sensación de que me iba a desmayar. Me senté. Todos estaban de pie cantando alabanzas y yo estaba sentada porque ME SENTÍA DESMAYAR y acababa de COMER! Se suponía que debía tener fuerzas y suficientes azúcares en mi sangre y cuerpo para no tener problemas. Pero pasó. Me sentí mal de nuevo. Entonces, en ese justo momento, comprendí que aquello que me pasaba no era físico, sino totalmente espiritual, pues no tenía ningún sentido o explicación lógica el por qué me sentía de esa manera.

Fue entonces que desde mi lugar, ahí sentada, comencé a clamar y a gemirle al Señor, tomando Su autoridad para que reprendiera toda opresión del enemigo y que me levantara en ese mismo momento con cántico nuevo. No era posible que por causa del diablo yo no estuviera disfrutando de la presencia de mi Dios y gozándome en las alabanzas. Y para GLORIA Y HONRA DE DIOS, no pasaron mas que unos minutos cuando me levanté de ipsofacto. Justo cuando le decía que me levantara con un cántico nuevo, ÉL me levantó, yo no sé cómo, qué sucedió exactamente, pero de sentirme desfallecer y desmayarme, en un segundo ÉL me hizo levantarme y testificar en su momento.

La Palabra de Dios es vida, es poder, y cuando Dios la envía suceden cosas extraordinarias, cuando nosotros creemos a esa palabra, ÉL simplemente la cumple. Dice el texto "Dios envió Su palabra, y los sanó" sin necesidad de más, sólo envió SU PALABRA, aliento de vida, y se hicieron las cosas. Hoy Dios nos dice que tu enfermedad puede sanar, en un segundo, en un instante, tu molestar, tu llaga, porque ÉL envía la Palabra, y si tú la crees y la recibes, la declaras y la decretas, ÉL no falla y se hacen las cosas. Recuerda, ÉL sólo envió SU PALABRA, emitió quizá unos sonidos y vibraciones para formar la voz y hablar, sólo eso, no utilizó medicamentos, pastillas, inyecciones, sólo con el sonido de SU VOZ los hizo sanar. Aleluya! ÉL tiene todo el poder!



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Saludos cordiales, bendiciones

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