miércoles, octubre 02, 2019

¿QUÉ NOS PASA SI BUSCAMOS A DIOS?






El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres;
me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón,
a pregonar libertad a los cautivos
y vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos
y a predicar el año agradable del Señor
Lucas 4:18-19


Cuando se le entregó el rollo a Jesús en la sinagoga de Nazaret, fue éste el pasaje que leyó. Acababa de regresar de sus tentaciones en el poder del Espíritu (Lucas 4:14). El Padre lo había ungido públicamente durante Su bautismo en el Jordán, mientras el Espíritu descendía sobre Él (Lucas 3:22). Ahora en la sinagoga leyó las Escrituras con tal autoridad que aún antes de que terminara, los que estaban congregados allí sintieron que hablaba de sí mismo. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. (vv 20).

La descripción del pueblo que respondería a las buenas nuevas del Mesías nos recuerda las enseñanzas de Jesús a la multitud en el Sermón del Monte, los abatidos, los quebrantados de corazón, los cautivos y los prisioneros son los que recibirán su mensaje, Jesús habló de la bienaventuranza de los pobres en espíritu, los que lloran los mansos y los que tienen hambre y sed espiritual (Mateo 3:3,6).

El evangelio es presentado a todos; pero los orgullosos, los autosuficientes, los que confían en su propia justicia y los que están satisfechos con su situación presente lo desprecian o lo rechazan.  Los que están conscientes de su propia pobreza espiritual se regocijan cuando se les ofrecen las riquezas de Dios, aquellos cuya vida ha sido destrozada por el pecado reciben con gozo las manos amables que vendan su herida.

El mundo está lleno de personas que reconocen su esclavitud espiritual y ansían liberarse de ella, para esta multitud la oferta de salvación hecha por Jesús es ciertamente una buena noticia. Este pasaje nos señala donde podemos comenzar nuestro ministerio a favor de los demás, de los que están conscientes de su necesidad y requieren de ayuda con toda urgencia. La misión de Cristo sobre la tierra no habrá terminado hasta Su segunda avenida. Mientras tanto nosotros si podemos permitir que esa misión quede terminada, anunciando las buenas nuevas de salvación y compartiendo con otros Su  gran amor.     

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