FE EN DIOS
Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Lucas 17:5
Al leer con detenimiento este pasaje, notamos que quien hace esta súplica son los discípulos del Señor. Aquellos que le siguieron y dejaron todo por amor a Él, aquellos que le siguieron porque sabían que era el Hijo de Dios. Ellos le piden a Dios que su fe sea aumentada. Imagínese; si los discípulos, los elegidos por Dios, los primeros ministros del reino de Dios; aquellos que continuaron su obra redentora, después que regresó al cielo. Si ellos que anduvieron con Jesús, que lo vieron hacer grandes y poderosos milagros, si ellos necesitaban más fe; cuanto más la necesitaremos nosotros. Nosotros que muchas veces, ya no soportamos tantos problemas y nos desanimamos, olvidándonos del poder de Dios.
Pidamos también nosotros tener más fe, si nos hace falta pidámosela a Dios, porque Él es autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2) Recuerde las palabras de Jesús cuando un hombre llevó a su hijo enfermo para que Jesús lo sanara. Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23) y el hombre creyó en Jesús y su hijo fue sanado en aquella hora. La fe en Dios significa que dependemos totalmente de Él y por ello la fe viene por el oír la Palabra de Dios. (Romanos 10:17)
Si usted está enfermo tenga fe en Dios, en Él hay poder abundante para sanarlo, no importa lo grave de la enfermedad, aun enfermos terminales el Señor ha sanado. Si está en necesidad tenga fe, que Dios es dueño de todo y suplirá todo lo que necesita. Está angustiado, haga oración, y eche toda su ansiedad sobre Él porque Él tiene cuidado de nosotros (1ª Pedro 5:7) Que su fe no decaiga, que en vez de menguar, se haga cada vez más grande, que crezca cada día, sabiendo usted en quien ha confiado y a quien le ha creído, a Jehová Dios todopoderoso (2ª Timoteo 1:12)
Tengamos fe en Dios, oremos para que cada día nuestra fe sea aumentada. Y que la duda, la incertidumbre y el temor, sean echados de nosotros, y desaparezcan de nuestra vida por el poder de Dios y por nuestra fe y confianza en Él. Esa fe en su misericordia por nosotros, nos fortalecerá y nos ayudará a superar las dificultades más grandes. Como para nuestro Dios nada es imposible, entonces todas las cosas serán posibles para nosotros, si creemos totalmente en Él.
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