De manera que cualquiera que quebrante
uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a
los hombres,
muy pequeño será llamado en el reino de los cielos;
mas cualquiera que los haga y los enseñe,
éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Mateo 5:19
Sin
duda alguna cuando queremos hablar de pequeños gigantes en la Biblia, tenemos
que pensar en personajes que realizaron proezas desde niños y llegaron a ser
reconocidos por todos, y aun el día de hoy los recordamos por sus hazañas: sean
Patriarcas, Profetas, Jueces, Reyes o Sacerdotes. En Hebreos 11:4-40 habla de
muchos de estos gigantes que son reconocidos por su fe.
Pero
tal vez no nos enfoquemos en algo que no son personajes sino mandamientos.
Palabras pronunciadas por el mismo Dios para que al cumplirlas vivamos quieta y
sosegadamente, aun en medio de un mundo lleno de pecado y maldad. Estos serían
para mí los pequeños gigantes del nuevo y antiguo testamento. Sin embargo para
que pueda pasar de ser muy pequeño; como dijo Jesucristo, Mateo 5:19 a ser un
gigante, es necesario ponerlos por obra y enseñarlos a los demás, solo entonces
seremos llamados grandes "gigantes" en el reino de los cielos. Los
mandamientos de Dios no son para castigar a quien los quebrante o que no los
cumpla, sino más bien para vivir sin castigarnos nosotros mismos.
De
manera que si queremos formar parte de la lista de los grandes, tenemos que
agigantar esos pequeños mandamientos para que puedan ser vistos por todos los hombres
desde cualquier lugar.
Así
que al ponerlos en práctica y además enseñarlos seria la manera de elevarlos de
tal forma que puedan ser vistos por todos. Apocalipsis 19:5 dice: y salió del
trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus ciervos, y los que le
teméis, así pequeños como grandes. Toda la grandeza que podamos ganar
realizando proezas no nos garantiza un lugar preponderante en el cielo sino más
bien el vivir siendo humildes en actitud y comportamiento.
Marcos
10:42-45 dice: sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones
se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no
será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros
será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será ciervo
de todos. Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y para dar su vida en rescate por muchos.
Anhelemos
ser grandes entre todos, y ser llamados grandes en el Reino de los Cielos,
enseñando y poniendo por obra esos pequeños mandamientos de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo.
Queremos orar por ti
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Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
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