Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.
Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.
1Samuel 1:27,28
De Samuel podemos decir que llego a ser sacerdote, profeta, juez, que estuvo en la coronación de Saúl como rey y que también ungió al rey DAVID como tal incluso podemos reconocer y elogiar la vida de este gran siervo de Dios.
Pero hay que resaltar un detalle importante que está involucrado en la vida de Samuel aún desde antes de que el naciese, esto es, la oración de su madre Ana. Ella oro para que Dios le concediese un hijo y se comprometió a dedicárselo por todos los días que Samuel viviere. Quiero pensar que su oración no concluyo cuando Dios le concedió el hijo, sino que siempre oro por él mientras ella vivió. Considero entonces que el primer secreto de Samuel en su vida de servicio a Dios fue el ejemplo de oración de su madre.
Hermanos y amigos, dedicar a los hijos a Dios y orar por ellos es un compromiso de por vida. Esa es nuestra tarea. La de Dios para con ellos, será usarlos en su obra como Él quiera y aún y que los veamos sirviendo a Dios.
Sigamos orando por ellos.
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