Hoy en día, la mayoría de las personas se sienten cansadas, atribuladas, llenas de problemas. Sienten que llevan pesadas cargas sobre sus hombros, que no les permiten estar tranquilos, que no los dejan descansar. Cada persona lleva su propia carga, cada uno lleva su propio dolor. No todas las cargas son iguales. Para unos la carga puede ser alguna aflicción personal, para otros, algún problema familiar o quizás problemas económicos, de dinero, o tal vez alguna enfermedad. Pero lo que es cierto es que todos sienten cansancio en sus vidas.
El versículo 28 dice: “Venid a mí”. Pero usted puede preguntarse, ¿quién hace esta invitación? Esta invitación la hace Jesucristo el Hijo de Dios; esta invitación son las palabras del Redentor del mundo, un Redentor compasivo y lleno de amor, que vino a morir por nosotros para darnos salvación y vida eterna. Un Dios que conoce nuestra situación, que conoce nuestra vida y sabe cuál es nuestra necesidad.
¿A quién le extiende Jesús esta invitación?
La invitación de Jesús es para todos aquellos que se sientan cansados, tristes, deprimidos y desanimados. Para todos aquellos que se sienten abandonados, que sienten que ya no pueden más. Para los que sienten un vacío en sus vidas que con nada ni nadie lo han podido llenar. Jesús desde lo más profundo de su corazón lleno de amor nos dice: “Venid a Mí y Yo te haré descansar”.
Si nos desmayamos y nos sentimos sin fuerzas ¿Qué necesitamos para sentirnos mejor? Necesitamos un descanso, necesitamos descansar. Y ese descanso, el descanso que nuestra alma atribulada y llena de problemas necesita. Es el descanso que Jesús promete darnos.
Las cargas se hacen más pesadas cuando intentamos llevarlas nosotros solos y no ponemos nuestras cargas en las manos de Dios. Jesús es el amigo fiel y verdadero que nunca nos deja, ni nos abandona. Si usted acude al Señor Jesús, Él hará que deje de preocuparse por sus problemas, por sus errores, al mostrarle que depositando en Él sus cargas, su alma puede sentirse segura. Usted podrá sentir que el Señor lo sostiene y sentirá la paz de Dios en su vida, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. (Filipenses 4:7)
La exhortación para venir a Cristo Jesús es ahora, no mañana ni después, Cristo le quitará su carga hoy. Le invitamos a creer en Jesús ahora, Él le ayudará con sus cargas, nunca más serán tan pesadas pues Él las llevará sobre sus hombros. Si usted decide creer en Jesús, Él le transformará la vida y le brindará todo el amor, todo el perdón y la paz que su alma necesita.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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