De
cierto, de cierto os digo:
El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna;
y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Juan 5:24
Cuando hablamos de las bendiciones que Dios nos ha concedido por medio de nuestro Señor Jesucristo, no podemos dejar de mencionar que nos ha hecho libres de toda condenación. Lo que éramos o hicimos en otro tiempo cuando vivíamos sin El; ya no se nos puede acusar; porque Cristo nos ha perdonado. (Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, Romanos 8:1)
Quienes han experimentado una verdadera unión con Cristo pueden dar testimonio de la libertad que recibieron porque ahora tenemos paz para con Dios, nos acercamos a El confiadamente, le podemos decir Padre nuestro, ahora nos ha impartido su Santo Espíritu en señal que somos de Él.
La condenación como resultado por el pecado del hombre queda anulada si decides rendir tu vida a Cristo, pasaras de muerte a vida tan solo por creer en El, ya que Su sangre tiene poder limpiar el pecado, hacer de ti una nueva criatura y escribir tu nombre en el libro de la vida.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y
esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3:18,19
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