jueves, septiembre 04, 2014

CRISTO NUESTRO LIBERTADOR


Hablar de Jesucristo es hablar de la persona más importante que haya existido no sólo en esta tierra, sino también por toda la eternidad. El versículo nos dice que Jesucristo nunca cambia, que es y será el mismo ayer, hoy y para siempre. La realidad hermano(a) es que todas las cosas cambian, aún nosotros cambiamos con el paso de los años. El mismo Señor Jesús dijo que el cielo y la tierra pasarán. Pero también dijo que Él y su Palabra permanecerán para siempre. (Mateo 24:35) El mundo que habitamos hoy, este mundo en que vivimos, tuvo el gran privilegio de albergar a Jesucristo. A Jesucristo el Justo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29) al Rey de reyes y Señor de señores. (Hebreos 13:8) Cuando Jesús anduvo sobre la tierra sanó a infinidad de enfermos, libertó y perdonó a los que vivían prisioneros del pecado, y aún fue más allá en sus demostraciones de poder, resucitó a los muertos y a donde quiera que iba realizaba grandes y poderosos milagros. La gente que veía lo que Jesús hacía, se maravillaban y creían que verdaderamente Jesús era el Hijo de Dios, y muchos de ellos a causa de esas demostraciones de su divinidad y poder, decidieron seguirlo,  y le entregaron su vida Hoy, Jesús está en el cielo, pero viene pronto. Y así como cuando anduvo sobre la tierra hizo grandes milagros, hoy también puede hacerlos. Basta con que le creamos de corazón para que veamos sus grandes maravillas. Jesús ayer, sanó y libertó y hoy lo sigue haciendo. Quiere sanar, bendecir y libertar a todo aquel que se acerque a Él y lo busque de corazón. Si Jesús dijo que Él y su Palabra permanecerán para siempre, entonces sus milagros y sus poderosas obras también permanecerán, y hoy podemos tener acceso a ellas por medio de Él. Podemos acercarnos confiadamente al trono de su gracia y recibir de su misericordia, y de su oportuno socorro para nuestras peticiones y necesidades (Hebreos 4:16) Sin lugar a dudad debemos acercarnos a Jesús porque en Él hay vida en abundancia (Juan 10:10), solo Jesús puede romper las cadenas que nos tienen atados, solo Él tiene la llave para hacernos libres, acudamos a los pies de Jesucristo, busquémoslo de todo corazón, solo así seremos libres (Juan 8:32) en Él está la victoria.

Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer Templo Cristiano Eben-ezer
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