La misericordia de Dios es para ¡SIEMPRE!, es eterna y es grande. No nos ha pagado conforme a nuestros delitos y pecados, ni hemos sido consumidos a causa de ella. (Éxodo 34:6, Salmos 107:1, Lamentaciones 3:22)
Siempre es reconfortante saber que a pesar de todo y de nosotros mismos, de nuestros errores y pecados, Dios no rechaza un corazón contrito y humillado y que si nos acercamos a Él con arrepentimiento y dispuestos a buscarlo y obedecerlo, Él tendrá misericordia y no nos pagará conforme a nuestra maldad. Por eso, el salmista alaba a Dios, porque Su misericordia es mejor que la vida misma, en Él estamos seguros y confiados. No hay mejor forma de agradecer a Dios más que alabándole de todo corazón y sirviéndole.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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