No hay mejor regalo que aquel que dura para siempre, que lo puedes usar en cualquier instante, siempre está disponible y que lo puedas disfrutar de manera permanente. No hay regalos así. Todos tienen un límite de tiempo, utilidad, calidad, etc; y no todos realmente satisfacen los deseos y la necesidad de cada persona, al menos no para siempre. Pero hay un precioso regalo que Dios envió, una persona que lo llena todo en todo, que no se puede perder a menos que queramos, y si lo buscamos tenemos la seguridad de que será hallado. (Jeremías 29:13)
Es Jesucristo, el Hijo de Dios. Todos los regalos que puedas recibir en la vida, no tienen comparación con tener a Jesús, pues en Él tenemos vida eterna. (1 Juan 5:12) (Juan 3:16)
En Él tenemos redención de pecados (Colosenses 1:14)
En Él tenemos mayor gozo y alegría (Salmos 4:7; 16:11)
Tenemos victorias y experimentamos Su poder cada vez más (Salmos 84:7)
Si quieres sentirte pleno, tener la felicidad completa, entonces tienes que aceptar el regalo de vida que Jesús vino a traer con su nacimiento, sacrificio y resurrección. Si lo tienes a Él, todas las demás cosas vendrán por añadidura, si te deleitas en Él, tus peticiones serán contestadas, porque toda buena dádiva y todo don perfecto desciende del Padre de las luces. Mateo 6:33, Salmos 37:4, Santiago 1:17.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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