Tengo muchos recuerdos de mi niñez, muchos felices y uno que otro no tanto. Cuando era el cumpleaños de mi papá, mi mamá nos compraba algo para regalarle y mis hermanas y yo se lo entregábamos con gran emoción, y lo que él hacía era que nos agradecía el detalle pero lo dejaba por allí y no lo abría hasta pasado bastante tiempo; un día por fin me atreví a cuestionarle por qué no abría los regalos, tal vez por ser niña su respuesta me hirió profundamente: no soy curioso. Por mucho tiempo guarde ese resentimiento, el cual gracias a Dios fue sanado; y ahora que ya han pasado muchos años y veo como los nietos en el alboroto de los regalos le insisten en que abra los regalos y después el típico ¡que se lo ponga! y veo su cara de emoción me sorprende lo mucho que él ha cambiado.
Un regalo que definitivamente cambia la vida de todas las personas es tomar la decisión de recibir a Cristo en su corazón, un regalo que quizás a muchos se les ha presentado pero así como a mi papá con el regalo material, no les ha interesado darse cuenta de lo que significa ese regalo ¡que es la salvación de nuestras almas para la vida eterna!
Tal vez tu ya has recibido ese precioso regalo que es Jesucristo en tu corazón y ¡gloria a Dios! por ello, pero ¿y que sucede con los que están a tu alrededor? ¿te has dado el tiempo para mostrarles ese regalo especial que Dios nos dio a través de Su Hijo? Como cristianos tenemos el deber de los 365 días del año compartir el mensaje de salvación a los demás, pero de manera particular esta época del año las personas, por alguna razón, se vuelven mucho mas susceptibles a la Palabra de Dios ¿no crees que sería especial que el mejor regalo de Navidad para quienes estén a tu alrededor y no han tomado la decisión de recibir a Cristo en su corazón lo pudieran hacer hoy a través de lo que tu les compartas? Recuerda que es una ordenanza de parte de Dios: …Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15
Y si tu aun no tomas la decisión de recibir a Cristo en tu corazón, hoy te invito a que lo hagas; la Palabra de Dios dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12, y si hoy tu quieres puedes ser hecho un hijo de Dios solamente sigue las siguientes instrucciones y hazlas una oración:
Reconoce que eres pecador y que necesitas ser perdonado; arrepiéntete de todo corazón. Recuerda que Dios es tu Creador y te ama con amor eterno.
Recibe a Cristo en tu corazón como tu Salvador personal, pídele que entre en tu vida que traiga paz a tu corazón.
¡Felicidades! Ahora ya eres un hijo de Dios.
Lee la Palabra de Dios y busca un lugar en donde reunirte y aprender más de la Palabra de Dios.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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