Quien fuera a imaginar que Dios escogió a unos cuantos pastores de ovejas para anunciarles el nacimiento de Su Hijo. ¿Porqué no fue con los sacerdotes?, ¿Porqué el ángel no fue con los ancianos del Templo?, porqué con unos simples pastores, hombres de campo cuyo conocimiento de la vida por generaciones era solo el cuidar de las ovejas, tal vez el oficio más aislado de la sociedad judía, de ambular por los montes lejos de sus hogares arriesgando sus vidas contra las bestias amenazantes de sus generosos rebaños.
Ahora caigo en razón, tal vez Dios quiso reivindicar el oficio de pastores, porque a decir verdad Jesús el Hijo de Dios el que estaba naciendo en Belén al tiempo en que estos pastorcillos eran notificados del acontecimiento. Es en realidad el Cordero de corderos y el Príncipe de los pastores (1Pedro 5:4). No cabe duda, aquellos pastores no podían quedar fuera de la escena. Pero tampoco nosotros porque según la Escritura somos ovejas de Su prado. Él es nuestro pastor. Cristo es nuestro buen pastor que Su vida dio por sus ovejas.
Oh Príncipe de Corderos gracias por dar Tu vida para salvarnos, Oh Príncipe de Pastores gracias por tenernos en Tu redil
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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