Este fragmento de historia del apóstol Pablo y Silas su compañero. Puestos en un calabozo después de haberles azotado sí que es angustioso, doloroso diría yo. Creo que muchos de nosotros no hemos llegado a ese extremo de ser martirizados por creer en Jesús el Salvador. Lo que sí es que hemos pasado un buen número de situaciones o pruebas que en su medida son para muchos como las cadenas, azotes y calabozo del apóstol.
Muchos también hemos sentido en carne propia lo que cuesta seguir a Cristo. Pero afortunadamente hay un canto de esperanza que brota desde nuestro corazón lleno de fe y que de alguna manera muy especial se sobrepone a nuestro dolor.
Son alabanzas que como dijera el antiguo himno Recibe este canto mezclado con llanto de mi corazón. Para mi ese tipo de alabanza tiene un valor incalculable porque a pesar de que todo está en contra seguimos alabando a Dios. Y creo que para Dios también tiene su valor incalculable tanto que escucha, desciende y liberta rompiendo toda atadura. A Dios sea la alabanza. Aunque las cosas me vallan mal...
Mi oración personal a todos los misioneros que comparten y sufren por el evangelio. Sé que Dios escucha sus cantos mezclados con llanto.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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