jueves, noviembre 19, 2009

Providencia Divina



No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas;
pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

Mateo 6:31-32


Jesús nos dice que no debemos de sentirnos tensionados o presionados, preguntándonos si hoy o mañana tendremos algo para comer, para beber o ropa para vestirnos. “No os afanéis” En estas palabras directas, Jesús nos ordena, “No pienses en ello, no te preocupes, sobre lo que pueda o no pueda pasar mañana. Tú no puedes cambiar ninguna cosa. Y no puedes ayudar en nada preocupándote.


El afán o la preocupación es algo que el hombre de hoy no solo entiende, sino que lo experimenta a diario, ¿Quién puede decir que no tiene problemas, ya sea económicos, familiares, emocionales o de cualquier otro tipo? Hoy más que nunca en nuestra sociedad se vive las consecuencias del afán y de las preocupaciones, lo que se conoce como estrés. Causado mayormente por las tensiones que se viven día a día; esto tiene tanta fuerza que muchas veces los hijos de Dios, cuando han descuidado este aspecto de la vida espiritual, son arrastrados por la ansiedad. Lo que desencadena en la perdida del gozo y paz en el Señor, y en perder el disfrute de las bendiciones que recibimos de parte de Dios.


Jesús nos dice que no debe preocuparnos de ello ¿Por qué? Porque sería una preocupación inútil. Como se dice por ahí: “no debes de cruzar el puente antes de llegar al río”. Es como decir “no te adelantes a los acontecimientos”. Jesús quiere enseñarnos a vivir un día a la vez. Por lo tanto, debemos desechar nuestros temores y ansiedades en cuanto al futuro y dejar de preguntarnos ¿Qué pasaría si pierdo el trabajo? ¿Qué voy a hacer si no apruebo mañana el examen? ¿Qué pasaría con mi familia si me ocurre algo malo? ¿Cómo me sentiría si no puedo cumplir mis metas? ¿Y si no tengo nada para comer, ni para vestirme? Todos estos temores nos paralizan y nos impiden tener paz en nuestros corazones. Pero Jesús nos dice que no nos preocupemos.


¿Porque no debemos de afanarnos, ni preocuparnos de estas cosas? Porque Dios; que es nuestro Padre Celestial, sabe que es lo que nos hace falta, Él mejor que nadie sabe lo que nosotros necesitamos. ¿Acaso Dios no es aquél que da de comer a las aves y a todo el reino animal? Y si lo hace con ellos, mayormente lo hará también con nosotros que somos sus hijos. Nos dará de comer y de vestir, y nada nos hará falta gracias a Él. ¿Cómo podemos mortificarnos y preocuparnos si sabemos que a Él le pertenecen todo el poder, todas las riquezas, y Él puede suplir las necesidades de toda la creación?


Así que no importa por lo que estemos pasando. No importa lo que no tengamos hoy. No nos afanemos. Nuestro Dios, es el Dueño de todo el universo y de cada cosa creada. Nuestro Padre Celestial se ocupará de nosotros y verá que cada uno, seamos suplidos con todas las cosas esenciales para nuestra vida.


Tenemos un Padre maravilloso y fiel. ¡Confiemos hoy y siempre en Él!

Bendiciones



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