Señor, ten compasión de mí,
aunque sea tan
sólo un hombre pobre e indefenso.
Dios mío, tú eres quien me ayuda y me salva.
¡No llegues
demasiado tarde!
Salmos 40:17
En este pasaje bíblico, el rey David se dirige a Dios en oración
suplicando por alcanzar la misericordia divina. Desde el fondo de su corazón él
exclama: "Señor, ten compasión de mí, aunque yo sea tan sólo un hombre
pobre e indefenso. Dios mío, tú eres quien me ayuda y me salva". ¡No
llegues demasiado tarde!
David reconoce en sus tiempos de necesidad que únicamente es
Dios Quien puede ayudarlo. Reconoce y pide que Dios lo tenga en sus
pensamientos y traiga la liberación que su alma tanto anhela.
David hace lo que el profeta Jeremías escribió siglos después
por revelación divina: "Clama a Mí y Yo te responderé le dijo Dios"
(Jeremías 33:3) David así lo hizo y recibió la respuesta y la salida a su
necesidad.
Tanto el rey David como el profeta Jeremías, nos enseñan el
camino a seguir, en el momento que la necesidad llegue a nuestra vida. Haremos
bien si seguimos su ejemplo.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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