miércoles, junio 12, 2019

HOMBRES DE RETOS






¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su silla.
Expondría mi causa delante de él,
y llenaría mi boca de argumentos.
Yo sabría lo que él me respondiese,
y entendería lo que me dijera
Job 23:3-5

¿Qué significa la palabra reto? Objetivo o empeño difícil de realizar y que constituye en  un estímulo para quien lo enfrente.  En la vida de Job encontramos un reto difícil de superar en medio de la adversidad. Pero a pesar de ello dejo una expresión profunda y anhelo en su corazón de encontrarse con Dios. Él desea  que el Dios a quien sirve escuche su petición y que despierte Su poder a favor de su vida.

Resentido por las acusaciones de  Elifaz, Job alegaba  que no era merecedor de las aflicciones por las que estaba atravesando, estaba consciente de que sus reclamos serian criticados por sus amigos, como  actos de rebelión contra Dios; pero no podía hacer menos que expresar su frustración por su propia injusticia y las injusticias del mundo. Confesó que su condición era peor de lo que parecía y más aguda que sus quejas, lo que más deseaba era ir y presentar su caso ante Dios personalmente, pero enfrentaba dos problemas: no podía confesar un pecado del cual no era culpable y tampoco sabía dónde hallar a Dios. ¡Qué bueno hubiera sido si sus amigos hubieran sabido cómo llevarlo ante la presencia del Señor!

Aunque Job llegó a lo más profundo de los sufrimientos físicos y emocionales jamás perdió la fe en su Dios,  nunca hubo en su corazón deseos de rebelarse contra la voluntad divina ni de desechar a Dios de su vida. Todo lo que anhelaba era poder acercarse a Dios para describirle su caso. Él estaba seguro de que Dios lo escucharía y se compadecería de él. No fue sino hasta después cuando se dio cuenta de que nadie puede presentarse delante de Dios para defenderse a sí mismo. Todos somos culpables delante de Dios.

Muchísimas personas, como Job, exclaman: ¡Que diera por poder encontrar a Dios! Otros expresan el deseo de su alma como lo hizo el salmista. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas así clama por ti oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Job era más que un creyente intelectual, era un hombre que buscaba diligentemente a Dios; quería conocer más de Jehová Dios.

Es importante saber que aunque muchas veces los caminos de Dios le sean ocultos para un hijo de Dios. Los caminos del hombre no le son ocultos a Dios, y el reto que nos presenta Job es que aun en medio del sufrimiento hay que mantener nuestra confianza en Dios.

Queremos orar por ti


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