El entonces le dijo:
¿No estaba también allí mi corazón,
cuando el hombre volvió de su carro a recibirte?
¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos,
olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
Por tanto, la lepra de Naamán
se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre.
Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve.
2 Reyes 5:26-27
La
Escritura nos cuenta de un hombre llamado Naamán quién era general del ejército
del rey de Siria, un soldado valeroso y leal pero que estaba enfermo de lepra.
La
Biblia menciona que por consejo o recomendación de una sirvienta suya fue hasta
tierra de Israel para buscar la ayuda del profeta de Dios. Llegó hasta donde
estaba Eliseo, el hombre de Dios, con el propósito de ser sanado. Eliseo le
dijo que para ser curado tendría que lavarse en el Jordán siete veces. Al
principio a Naamán no le gustó la idea de lavarse en un río que consideraba
corriente y sucio, pero cuando finalmente lo hizo, recibió su sanidad. Quiso
entonces pagarle al hombre de Dios por la gran sanidad que en él había hecho,
pero el profeta no le aceptó nada. Sin embargo, su siervo Giezi a escondidas de
Eliseo fue hasta donde estaba Namaán y con mentiras obtuvo un presente
desobedeciendo a su amo. Pero hacer esto
resultó en una maldición sobre su vida.
Giezi
había desobedecido al hombre de Dios, que era lo mismo que desobedecer a Dios,
y como castigo recibió en su cuerpo la misma lepra de la cual había sido
librado Naamán.
La
realidad es que cuando no cumplimos la voluntad del Señor, ni vivimos en
obediencia a Su Palabra nos perderemos de las bendiciones que tiene para sus
hijos.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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