Ve y reúne a todos los
judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí,
y no comáis ni bebáis en
tres días, noche y día;
yo también con mis
doncellas ayunaré igualmente,
y entonces entraré a ver
al rey, aunque no sea conforme a la ley;
y si perezco, que
perezca.
Ester 4:16
A
veces creemos que por asistir a la iglesia cumplimos el propósito de Dios para
nuestras vidas, sin embargo, como mujeres de Dios se nos ha encomendado
demasiado y no debemos evadir nuestras responsabilidades.
En
el libro de Ester nos habla de la intercesión de esta mujer ante un rey por la
vida de un pueblo cuyo destino estaba para ser extinguido por los deseos
egoístas de un hombre llamado Amán. Ester fue críada al lado de Mardoqueo, su
padre adoptivo, el cual se dio a la tarea no solo de instruirla, para que
llegase a ser reina sino para que asumiese la enorme responsabilidad de
interceder por una nación. Ella tuvo la valentía de desafiar las órdenes del
rey.
Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No
pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque
si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna
otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién
sabe si para esta hora has llegado al reino? Ester 4:13-14
Ester
no solamente fue una mujer valiente si no que fue organizada y sabía cómo
actuar. Ester manda decir que se pondría en ayuno ella, sus doncellas y el
pueblo que estaba en Susa también ayunarían, y sí tendría que perecer al ir a interceder
con el rey por la vida de su pueblo lo haría.
Ester
sabía acerca del decreto. Sí la persona no era llamada ante el rey, y se
presentaba con anticipación sin ser anunciado podría morir. La orden era categórica.
Ester se presentó ante el rey. Lo invita a un banquete y posteriormente
intercede por su pueblo y lo salva de ser exterminado.
Por
su situación podemos ver a Ester huérfana. Despreciada por su origen humilde, podríamos
considerarla que no había en su vida un gran futuro y por decir así la última
de la fila. Pero para aquellos que aman a Dios y le sirven con todo el corazón
y guardan sus estatutos, nunca hay últimos de la fila sino mujeres con un gran
futuro brillante, solo basta disponer nuestro corazón al llamado de Dios, y Dios
nos sorprenderá con sus proezas.
Mujer
cristiana Dios anhela cumplir un propósito en ti, pero para esto tenemos que
ser instruidas, amar a Dios con todo el corazón, tener sabiduría de lo alto
para saber cuándo y cómo actuar y entender que sus recursos son ilimitados para
los hijos de Dios con tal que cumplamos Sus propósitos.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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