Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 3:16-17
Recuerdo
que de niña mi mamá nos compraba cosas que dábamos como regalo a mi papá por las
diferentes celebraciones; pero mi recuerdo no
es qué le regalábamos, sino la reacción de él ante esa acción: él
simplemente agradecía el detalle y lo guardaba, me frustraba grandemente ver su
falta de interés por nuestros obsequios y cuando se me ocurrió cuestionarle él
simplemente respondía "no soy curioso". Después nuestra estrategia por mucho
tiempo fue entregar el obsequio sin envoltura, hoy con el paso de los años las cosas son muy
diferentes, los nietos han trasformado la emoción de las fiestas y regalos.
Y
esta apatía de mi papá ante los regalos me hace pensar en la indiferencia de
las personas ante el regalo más extraordinariamente maravilloso que jamás haya
habido ni habrá ¡Jesucristo!; estos días previos a la Navidad resulta caótico
transitar prácticamente por cualquier zona comercial, la gente se encuentra
afanada buscando satisfacer algún gusto para sus seres queridos, o peor aun queriendo
recompensar la falta de cariño y amor que durante todo el año no tiene por los
suyos. Sin embargo el principal motivo de la Navidad y que debiera ser por lo
que deberíamos ocuparnos es el regalo de
salvación que Dios nos ha otorgado a través de nuestro Señor Jesucristo.
Quizás
te encuentres muy estresado buscando qué regalar sin embargo si tu ya tienes a
Cristo en tu corazón hoy te invito a que compartas el mejor regalo que puedes
dar: compartir el plan de salvación con tu prójimo.
Pero
si tú no has aceptado ese maravilloso regalo que Dios nos da a través de Jesús,
hoy te invito a que reconozcas que eres pecador, que pidas perdón por todo
aquello que te ha llevado a pecar, que reconozcas que Dios en Su infinito amor
y misericordia envió a Su Hijo Jesucristo para perdonar los pecados de la
humanidad y que a través de Su sangre derramada en la cruz del calvario nuestros
pecados han sido borrados y finalmente que decidas recibir en tu corazón el
maravilloso regalo de Dios, Cristo Jesús Señor y Salvador nuestro.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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