Vio Juan a Jesús
que venía a él, y dijo: he aquí el cordero de Dios,
que quita el pecado del
mundo. Juan 1:29
Un cordero
se usaba para redimir y quitar el pecado de una persona. No podía ser cualquier
cordero, había requisitos específicos sobre el cordero que se iba a sacrificar.
Pero Dios se hartó de sacrificios porque no eran de corazón, los hacían pero no
eran obedientes a su voz. Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en
holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el
obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de
los carneros. 1 Samuel 15:22. Por lo cual Dios nos dio un cordero (JESUS) para
perdón de nuestros pecados. Para que creyendo y obedeciendo seamos perdonados.
Diccionario
bíblico: El cordero es símbolo de sumisión humilde, y cuando se seleccionaba
para sacrificio tenía que ser sin tacha: un tipo muy adecuado del Señor Jesús,
el Cordero de Dios. Él, el Humilde y Santo «como cordero fue llevado al
matadero», y fue proclamado por Juan como «el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo»; y nuevamente como «el Cordero de Dios», como objeto de la
contemplación del alma (Juan 1:29-36). En la visión celestial de Juan, el Señor
Jesús es visto como un Cordero «como inmolado», a quien se da adoración
universal.
El siguiente
día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene
un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le
conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando
con agua. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía
del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que
me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el
Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. El siguiente
día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba
por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Juan 1:29-36.
Queremos orar por ti
Envía tu petición a: ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Búscanos y síguenos en Facebook
0 comentarios:
Publicar un comentario