Más Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy;
en el
nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Hechos 3:6
Pasó Jesús de allí y vino junto al mar
de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. Y se le acercó mucha gente que
traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los
pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se
maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos
andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel. Mateo 15:29-31
A estos doce envió Jesús, y les dio
instrucciones, diciendo: Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos,
echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 5:5,8
¿Está alguno enfermo entre vosotros?
Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el
nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos
vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.
La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:14-16
Pedro y Juan subían juntos al templo a
la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a
quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que
pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a
Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro,
con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo
atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro,
pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y
anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se
le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró
con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo
le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir
limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto
por lo que le había sucedido. Hechos 3:1-10
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