No faltó palabra de todas las buenas promesas
que Jehová había hecho a la casa de Israel;
todo se cumplió.
Josué 21:45
Nuestro
pasaje bíblico nos habla del testimonio del pueblo de Israel, cómo vio las promesas cumplidas que Dios años
atrás les había dicho. Ellos ahora
podían disfrutar lo que no sembraron, poseer lo que no edificaron, es más
obtuvieron las bendiciones, porque
Abraham creyó a la promesa que Dios le
hizo Y haré de ti una nación grande, y
te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 12:2.
Esta
hermosa historia no deja de repetirse en nuestros días, nosotros tenemos
aquellas bendiciones que en su momento nuestros padres obtuvieron como una
promesa que Dios les hizo. Me gozo, y
alabo al Señor porque hora como madre me da una hermosa seguridad de que Dios
no faltara a cada una de Sus promesas que ha dado a mi vida; de salvar, de
proveer, de bendecir, de cuidar, de Su presencia, de Su Santo Espíritu, entre muchas
otras más.
Hace
años a mi esposo le detectaron una
enfermedad en sus ojos; tuvo que dejar
de laborar y la situación era difícil,
el más grande de mis hijos solo tenía seis años y las niñas, dos pequeñas más, una tenía dos años y la otra de ocho meses. Yo me sentía que el mundo se me venía encima,
pero en esos momentos difíciles Dios se hace presente y nos da Palabra
(promesas) que nos vuelve a la vida y nos da fuerza para seguir. Hoy yo
puedo decir que no ha faltado Dios a Sus promesas, aquel panorama que se presentaba difícil Él lo
trasformó. Hoy mi hijo ya está en la facultad, mi hija en la preparatoria y la
más pequeña terminara este año la secundaria. El Señor me dijo: Yo soy tu Dios, que te sostengo. Si
he llegado hasta hoy es por Él.
Hay
momentos que nos toca andar por fe y no por
vista. Confiemos en Dios y Sus promesas que tiene para nuestros hijos.
Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo
desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. Salmo 37:25
Queremos orar por ti
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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