domingo, abril 19, 2015

PREDIQUEMOS CON EL EJEMPLO A LOS NIÑOS



Mateo 10:13-14 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.
Un día una de mis hijas se golpeó en la cabeza con el filo de la pared en su recamara y fue necesario llevarla a la clínica. Cuando el doctor la examinó, dijo, es necesario que le cosamos la cabeza. Mi niña empezó a llorar muy fuerte y decía: “por favor mamita que no me cocinen mi cabecita”. Porque ella creía que le iban a cocinar su cabeza.
Hermanos la mente de un pequeño es muy sencilla y todo conocimiento lo recoge su mente muy literal. Es muy creativa e imaginativa. En la mente podemos atesorar los más grandes conocimientos bíblicos y los niños lo creen, aman estar en la iglesia, pasan al altar más rápido que nosotros los adultos. Aceptan a Cristo cada vez que les predicamos, por eso Jesús nos invita a ser como ellos. Los niños sueñan a ser adultos, traen en sus bolsas de los pantalones canicas, monedas, botones, dulces y juguetes; Imaginan una carrera cuando sean grandes sin importar los riesgos.

En una ocasión le pregunte a mis alumnos de la escuela dominical ¿qué querían ser cuando fueran grandes? y uno de ellos me dijo: maestra yo quiero ser pastor. Yo le sonreí y me quede meditando, sí este niño supiera cuantas dificultades y problemas ha enfrentado su padre para ser pastor. Pero en fin, que importa, si la  mente de un pequeño  es nada complicado, porque tiene una fe sincera en Dios. Pone su confianza en nuestro Padre Celestial.

A los niños les gusta andar descalzos, jugar con lodo, cortar flores, jugar con el agua, correr bajo la lluvia, y muchas más actividades. ¿Cuánto hace que no practicamos tales cosas?, pues son actividades que nos hacen estar en contacto con la creación de Dios. Porque no nos damos a la tarea de aprender de los pequeños para pertenecer al reino de los cielos, a veces me pregunto: ¿Por qué crecimos, porque las cosas más valiosas son gratis y las pasamos de largo?

Sabe que todos nosotros nos centramos en lo material, a ver quién tiene el carro más nuevo o la casa más grande o la ropa más elegante, ¿Por qué competimos?, sí los pequeños con sus caritas inocentes solamente nos piden cariño y ternura, ellos no ambicionan, no marginan, no tienen conocimiento de clases sociales, a veces cuando los regañamos por alguna travesura solo basta con una sonrisa y nos perdonan. ¿Por qué no ser como un niño?, sinceros, sin malicia, tiernos, olvidan todo e inocentes, ¿Por qué no aprendemos más de ellos? por algo Jesús nos dice en Su palabra: De cierto digo, que él que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrara en el (Lucas 18.17).  Te dejo esta pregunta abierta ¿Qué te falta para ser como un niño?

Queremos orar por ti
Envía tu petición a: ebenezertemplocristiano2009@gmail.com 
Templo Cristiano Eben-ezer


Saludos cordiales, bendiciones

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