Cuando se dice que Dios tiene más que darnos que nosotros que pedirle, entendemos o más bien nos enfrentamos ante la superioridad y grandeza de Dios, y nos damos cuenta de nuestra gran necesidad de él, dadas nuestra inferioridad y pequeñez.
Dios dice pídeme y recibirás, siempre y cuando pidas bien, cuando pidas de acuerdo a mis planes y propósitos para ti, y cuando mi voluntad esté por encima de la tuya. (Mateo 7:8).
El dador y proveedor por excelencia es Dios, un Dios, de hecho el único Dios verdadero (Juan 17:3) que cuando da, da a manos llenas y provee abundantemente y sin reproche a sus hijos porque se deleita en dar de lo mucho que tiene.
Cuando en oración hemos pedido a Dios, hemos visto su provisión. En momentos de necesidad hemos visto que ha suplido lo que nos ha hecho falta (Filipenses 4:19) y es que cuando Dios sabe que sus hijos necesitan algo, cuán padre amoroso mueve cielo, mar y tierra (literal) y pone en las manos de sus hijos, las cosas que ellos necesitan.
Y lo más hermoso es que aún antes de que nosotros vayamos y le pidamos, él ya sabe que es lo que necesitamos (Mateo 6:8)
Seamos agradecidos con Dios, porque nos ha dado mucho, y lo que hoy gozamos ha sido por provisión de él, y en su amor seguirá proveyendo, demos gloria a su nombre porque nuestro Dios nos ha dado mucho desde un principio, nos dio más de lo que nosotros merecíamos (Juan 3:16)
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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