¿Qué hemos hecho para Dios? Hermanos es tiempo de levantarnos del sueño en el que muchos tal vez estamos, despertemos en el Señor. No vivamos en la carne ni para agradar al mundo sino que vivamos para Dios, para aquel que murió por nosotros, como nos dice Su palabra: Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne (Romanos 13:11-14).
Es tiempo de predicar, es tiempo de hablarles a otros de Cristo Jesús, de arrebatarlos para el reino de los cielos. Tenemos que predicar conforme a la Palabra de Dios, tener un testimonio integro como hijos de Dios, tenemos que servir a Dios en la iglesia, orando, enseñando, predicando, ayudando, apoyando y muchas cosas que hay en la obra de Dio, ya no estemos sentados en un banca solamente, hay mucha necesidad de Dios en la gente. Tenemos que llevar a cabo la encomienda de Jesús, predicar el evangelio a toda criatura. Así que si predicamos hagámoslo para el Señor y en la voluntad de Dios. Como nos dice el apóstol Pedro: Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello (1 Pedro 4:11-16).
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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