Muchos de
nosotros coincidimos en el hecho de desear lo mejor para nuestros hijos; les
proporcionamos las herramientas necesarias para que alcancen aquello que
creemos que les llevará a ser exitosos; este deseo es bueno y parte de un solo
propósito, que sean felices. Lamentablemente nuestros recursos no garantizan
que dicho deseo se vea realizado; por ejemplo, hay padres que teniendo todos
los recursos económicos para las mejores escuelas ven truncado este anhelo por
cuestiones de salud en los hijos o porque la muerte se ha llevo lo que no nos
pertenece: la vida
Situaciones así nos llevan a considerar que por mucho que nosotros podamos hacer o dar a nuestros hijos, siempre necesitaremos la bendición de Dios que les guíe, que les de sabiduría, que les abra camino, que los guarde de todo mal, que las promesas que en nosotros se han cumplido a ellos también los alcancen, porque si hay algo de lo que podemos testificar es que toda buena dádiva y todo don perfecto viene del Padre de las luces (Santiago 1:17)
Los recursos de Dios son inagotables y El quiere aumentar bendición sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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