Una bendición: es la experiencia de
un deseo benigno dirigido hacia una
persona o grupo.
Dios habló a Moisés diciendo que de qué manera
se debía bendecir a los hijos, y nos da el ejemplo a seguir para que nosotros
también bendigamos a nuestros hijos. Jehová hablo a Moisés, diciendo: Así
bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga y te guarde,
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, tenga de ti misericordia, Jehová alce
sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. (Números 6:22-26)
Nosotros como hijos, recibimos
muchas bendiciones departe de Dios. Dios nos ha dado la bendición de ser hechos
Sus hijos. “Mas a todos los que le recibieren, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios” (Juan 1:12) Dios nos ha bendecido con: unos padres, unos
hermanos, un trabajo, una casa un carro, por la vida, por el aire que
respiramos, etc.
Muchas bendiciones de Dios no las entendemos, porque nos
parecen lo contrario, pero al igual que el anciano
labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el
caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban
para condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó:
«¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe? Una semana después, el caballo
volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los
vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: «
¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?». Cuando el hijo del labrador intentó
domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el
mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a
decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?». Una semana más tarde, el
ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se
encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la
pierna rota le dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte?
¿Quién sabe?
Todo
lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y
lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañoso. Así, pues, será
postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que es buena suerte y mala, y le
agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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