LA RESURRECCIÓN DE JESÚS

Hablar de la resurrección de Jesús, es hablar del suceso más maravilloso e importante para todo aquel que ha entregado su vida y su corazón a Dios.

Jesús murió por tus pecados, recibió el castigo y la muerte  que tú y yo mereceríamos por nuestra vida llena de pecado y de maldad. Murió pero resucitó, Él no era uno más de tantos libertadores que se levantaron por aquellos  tiempos. Hombres que armaron revoluciones y arrastraron con ellos a muchos seguidores, algunos con buenas intenciones, otros buscando lo propio, pero cuando ellos murieron, su movimiento murió con ellos. En cambio Jesús al tercer día se levantó  de su tumba, como si nada hubiera pasado, es cierto tenía las marcas y las heridas en su cuerpo, pero seguía tan fuerte como siempre lo había sido.

Jesús si resucitó porque es el Hijo de Dios, resucitó porque ese era el plan de Dios para este mundo perdido. Jesús resucitó y es lo que verdaderamente importa. Con Su sangre nos dio salvación y vida eterna y con Su resurrección  nos abrió camino al cielo.

Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreo 13:8) los que le creyeron mientras estuvo en la tierra, proclamaron Su evangelio hasta nuestro días, a ti a mí nos corresponde seguir diciéndolo al mundo que Jesús es el único camino al cielo. Que Jesús es el único Dios verdadero, pues Él  es la vida eterna.

Jesús resucitó, gózate y alégrate en el Señor, porque si no fuera por Su sacrificio tú y yo no estaríamos aquí. 

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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