Entendiendo el sacrificio como la ofrenda hecha a Dios
de un don perceptible por los sentidos, como manifestación externa de nuestra adoración,
que tiene por objeto alcanzar la comunión con Él. En un sentido estricto, esa
ofrenda no se convierte en sacrificio sino hasta que el don visible sufre una transformación
(por ejemplo, al ser matado, o al derramar su sangre, al quemarlo, al
derramarlo).
Ya que la paga del pecado es muerte, debido a que sin
derramamiento de sangre no hay remisión de pecados, y como toda la humanidad se
desvió, a una, se hicieron inútiles; No hubo quien hiciera lo bueno, no hubo ni
siquiera uno. Es tan grande el amor de Dios que no quedó otra opción que darse
a si mismo a través de Su Hijo unigénito para todo aquél que crea en Él,
pudiese tener acceso a la vida eterna con Él. Derramó Su sangre, pagó el
precio, cumplió el requisito.
Quiera Dios que valoremos el sacrificio que Jesús hizo
por nosotros demostrando el más alto grado de amor que se puede mostrar.
Nosotros en respuesta a ese amor, debemos Serle eternamente agradecidos y
buscar intimidad con Él. Servirle, Adorarle y esperar Su regreso en gloria
viviendo una vida digna de hijos de Dios lavados y purificados por Su sangre,
demostrando que sí valió la pena Su sacrificio.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
Búscanos y síguenos en Facebook
http://www.facebook.com/mana.ebenezer
Búscanos y síguenos en Facebook
http://www.facebook.com/mana.ebenezer
0 comentarios:
Publicar un comentario