UNA IGLESIA QUE TRABAJA

Para alcanzar cosas, se tiene que hacer algo; para alcanzar Grandes Cosas, se tiene que hacer esfuerzos mayores. La Biblia nos exhorta a que siempre debemos estar creciendo en el Señor, trabajando, ejecutando los dones y talentos que Dios nos ha dado, perfeccionarlos, multiplicarlos, ir en busca de mayores dones y mayor gracia, todo esto con un sólo fin y un sólo propósito: "Edificar la Iglesia de Cristo" (Mateo 16:18)

Dios desea una Iglesia fuerte y santificada, así la planeó. Cada cual tiene que hacer su parte, como miembro del cuerpo de Cristo. Esto implica estar sujetos a la Cabeza que es Cristo mismo y estar en obediencia con Él. Nosotros como pámpanos de la vid, no podemos estar fuera de ella y esperar dar fruto, tenemos que permanecer en la vid para que así crezca el fruto del Espíritu de Dios en nosotros. Si nuestras bases para trabajar, son los mandamientos de Dios, la obra saldrá adelante y será edificada. Pero tenemos que poner los elementos en orden, y el primer lugar es Cristo y el amor a la obra que Él ya mismo hizo. Nuestro mismo amor a Él nos llevará a perfeccionarnos y a querer hacer más cosas por Su obra, nuestro mismo amor a Él nos llevará a obedecer Sus mandamientos para hacerlo a la forma en que Él lo planeó. Pero debemos escudriñar Las Escrituras para cada vez hacerlo de manera excelente. Dios nos insita a que cumplamos Su sueño, Su Plan: Edificar la Iglesia de Cristo, Establecer Su Reino en la tierra y honrarlo a Él siempre. Y una Iglesia la hacemos todos nosotros que ya hemos creído en el nombre de Jesucristo, y la edificamos todos nosotros, haciendo nuestra parte que nos corresponde, siendo firmes y constantes, creciendo siempre, porque nuestro trabajo en el Señor no es en vano. 

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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