OREMOS POR LA IGLESIA

En todo os he enseñado que,  trabajando así,  se debe ayudar a los necesitados,  y recordar las palabras del Señor Jesús,  que dijo:  Más bienaventurado es dar que recibir

  Cuando hubo dicho estas cosas,  se puso de rodillas,  y oró con todos ellos.

Hechos 20:35-36

Cada quien da lo que tiene. Cuando la persona es sincera, consiente, generosa y desprendida no le causa dolor alguno en compartir de eso que posee aunque sea muy humilde su donación.

Porque hay corazones que son todo lo contrario y les es imposible aceptar el hecho de que tienen que compartir de gracia lo que de gracia han recibido. Contrarios a la doctrina de Jesús que dice:” Más bienaventurado es dar que recibir”, “Dad y se os dará, medida buena, remecida y rebosante daré a vuestro regazo”.

El apóstol Pablo no poseía un ingreso fijo ni el ni sus compañeros. Incluso para ganarse el pan tuvieron que trabajar. A nadie le codiciaron ni su plata, ni su oro, ni su vestido.

Y de entre su pobreza tenía algo muy valioso que quería compartir con la iglesia: “puesto de rodillas oró con todos ellos”

No siempre será necesario que compartas tus bienes materiales con los demás. Que tampoco está mal visto y si trae más bienes a tu vida “dad y se os dará”, dice la Palabra de Dios.

Y si no los tienes, no por ello te sientas libre de ser generoso. Nadie es demasiado pobre como para no compartir con la iglesia unos momentos de oración diaria.

Acuérdate de los hermanos, comparte desde tu corazón sincero una oración por ellos, así nos fortaleceremos más en Cristo.

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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