Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo
libres, y no estéis otra vez sujetos al
yugo de esclavitud. Gálatas 5:1
De alguna u otra manera cada uno de nosotros
tenemos ciertos compromisos que nos “esclavizan de forma temporal” por ejemplo pagos de colegiaturas, casas,
créditos, etc. También hay preocupaciones que nos mantienen anclados a algo o
alguien, o incluso hábitos muy arraigados que de cierta forma nos esclavizan o
de los cuales aparentemente dependemos para “subsistir”.
Si bien es cierto, hay cosas o situaciones por las
cuales es necesario “esclavizarnos” pues
son básicas para nuestro bienestar familiar, pero hay otras que no lo son
tanto; sin embargo una que no esta
incluida en la canasta básica del hogar pero que es indispensable para nuestros
hogares es la libertad que Cristo nos ofrece y la cual Él mismo nos dio a
través de Su sangre derramada en la cruz del calvario para que cada uno de
nosotros fuéramos rescatados del castigo que merecemos por nuestra naturaleza
pecadora.
Y en relación a este asunto de la esclavitud-libertad,
me impacta mucho la historia del encarcelamiento de Pedro, la manera en que él
estaba encadenado y custodiado, definitivamente que para los ojos humanos, en
la situación en la que Pedro estaba no había ninguna posibilidad de tener
libertad, pero aun sobre todos esos obstáculos, el majestuoso poder de Dios se
hizo presente en la vida de Pedro siendo
liberado (leer Hechos 12:3-11).
No sé cuáles sean las situaciones que en este
momento te tienen atado o esclavizado (enfermedades, malos hábitos, deudas, crisis
en el hogar, trabajo, etc.), pero lo que sí sé es que el mismo Dios que le dio
la libertad a Pedro, hoy también tiene el mismo poder majestuoso para darte la
libertad que tu estas necesitando.
Si tu ya le has recibido en tu corazón, entonces
confiadamente clama a Él, Su Palabra dice: Clama
a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú
no conoces Jeremías 33:3, y conforme
a Su voluntad, Su gloria será
manifestada. Si aun no has recibido a
Cristo en tu corazón, hoy es un buen momento para aceptarlo, creyendo que Él
verdaderamente murió y resucitó para que tus pecados fueran perdonados,
sabiendo que Él te creó porque te ama, y siendo ahora un hijo de Dios, entonces
la primera promesa que Él te da dice: No
te desampararé, ni te dejaré Hebreos
13:5b y ahora tu podrás confiar en que Dios te dará la libertad que
necesitas.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@
No hay comentarios:
Publicar un comentario