En Isaias 55 leemos en los versículo 10 y 11, “Porque como descienden de los cielos la
lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola
producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come, así será mi
palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que
deseo, y logrado el propósito para el cual la envié.” Que preciosa palabra
de aliento para ti y para mí, porque si permitimos que Dios hable a nuestros
corazones y dejamos que su consejo de Dios haga su propósito en nuestro
interior, viviremos en abundancia de gozo y felicidad a pesar de todos los
problemas que vienen a nuestra vida.
Hermano y amigo no le ha pasado que cada vez
que escuchamos una predicación o escudriñamos la biblia, Dios nos habla y trae
mensaje a nuestros corazones y sentimos el toque del Señor. En ocasiones
sentimos que el mensaje es duro o muy fuerte, pero hermanos y amigos es cuando
Dios trata con nosotros porque nos ama, así que debemos recibir y aceptar la
palabra de Dios con amor porque quiere que vivamos en obediencia a Él, porque
somos hijos suyos, como nos dice: Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo,
sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella
han sido ejercitados (Hebreos 12:11). Por eso nos dice el
Señor: Si soportáis
la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el
padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han
sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos (Hebreos 12:7–8). Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por
hijo (Hebreos 12:6). Además nos dice: Hijo
mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres
reprendido por él (Hebreos 12:5).
También la palabra de Dios te
instruye cuando recibes una enseñanza o la lees y la pones por obra, te ayuda a
ir por el camino cuando hay obscuridad, cuando tus ojos no alcanzan a divisar,
por eso nos dice que es Lámpara a mis
pies y lumbrera a mi camino (Salmos 119:105), es la guía para ti y tu
familia, el que te ayuda a instruir a tus hijos. Además es la que te ayuda a
levantarte, la que te dirige hacia tu Dios. Por eso te digo hermano y amigo, no
rechaces la disciplina y la instrucción del Señor y esté atento tu oído a su
voz, como nos dice Isaías 28:23, Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. Te dejo este
pasaje tan hermoso, donde la palabra de Dios es un deleite para nosotros en Salmos 19:7-11. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de
Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos,
que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El
temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová
son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro
afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es
además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. Bienaventurado el hombre a quien tú, Jehová, corriges, Y en tu ley lo
instruyes (Salmos 94:12).
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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