LA BIBLIA CORRIGE E INSTRUYE

La sabiduría viene de la Palabra de Dios, principia en el temor de Dios y con ella se obtienen las victorias y se hace la guerra. 

(Proverbios 1:7; 20:18; 24:6) 

El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo (Jesús) os he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63)

En ella está nuestra fuente de salvación, nuestra fuente refrescante, la que sacia nuestra sed y nos llena de vigor para seguir adelante.

(Juan 7:38)

El salmista asegura que se ha hecho más sabio que sus enemigos al guardar los mandamientos de Dios, esto lo ha llevado a una inteligencia superior y una forma sublime y estratégica para obtener las victorias y evitar el engaño, la traición y desagradables sucesos, pero porque primero puso su amor y su deleite en La Palabra de Dios.  

Al leer la Palabra de Dios, nuestra alma pecaminosa se ve confrontada con la Luz de Dios que exhibe las tinieblas (Juan 1:5) pero nuestra condenación es que, esa luz vino al mundo, y nosotros amamos más las tinieblas que la luz, porque nuestras obras eran malas (Juan 3:19)

Por ello, es importante tomar cada día un tiempo para leer y meditar en La Palabra de Dios, porque ella sirve para instruir y redargüir, enseñar y edificar, ella nos enseña más de Dios y nos hace conocerle más a fondo, esto nos llevará a ser más como Él, y entender nuestro contorno, saber cómo conducirnos en la vida y ser edificados mas no derribados, ser bendecidos y no maldecidos, porque la Palabra de Dios no solamente es vida a los que la hallan y obedecen, sino que también es medicina a todo su cuerpo. Por ella también somos sanados de toda enfermedad, al creer y declarar Su Palabra.  Proverbios 4:22 

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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