Muchos
padres podemos decir: he batallado con mis hijos para cubrirlos de frío, para
darles protección, para sustentarles un bocado, para darle un techo donde
dormir, para cubrir sus necesidades de educación y vestido, atenderlos cuando
están enfermos y para sacarlos adelante, ¿Qué podemos decir con esto, que ser
padre es fácil o difícil?, creo que si hay amor, nunca te expresarías así: mis
hijos son una carga, mis hijos me estorban, me causan gastos y no completo o no
tengo para sustentarlos. Recuerda que Dios nos ha dado unas manos para
trabajar, nos ha dado fuerzas, inteligencia, dignidad y una responsabilidad
como cabezas del hogar, para que tu y yo salgamos adelante por nuestra familia,
el que no lo queramos ver así, creo que es necesario orar a Dios para que
despierte en nosotros ese amor por ellos. Pero déjame decirte que si Cristo gobierna
nuestra vida, nuestra perspectiva es distinta y ahora nos expresamos con amor
de la situación en la que estamos y con gozo decimos: mis hijos son una bendición
y Dios proveerá lo necesario para que crezcan fuertes y tengan una educación de
valores que los ayudaran a abrirse camino en la vida y a no apartarse de Dios
ni de los principios que les hemos enseñado.
Les comparto algo que leí en
Internet, que me hizo reflexionar, que nuestros hijos son como árboles, de los
cuales podemos mencionar estos 4 grupos, ¿En cual identificas a tus hijos?:
· Existen
árboles de todo tipo: los hay muy frondosos y fornidos, árboles que dan
excelentes frutos en el momento del año adecuado. Estos frutos son un manjar
para el paladar, y proveen nutrientes y vitaminas a todos los que los consuman.
·
Hay otros árboles que crecen bastante, pero no son tan frondosos ni
fornidos como los de la categoría anterior. Los árboles de este grupo dan
bastantes frutos, pero la fruta no es todo lo jugosa y dulce que podría haber
sido.
· Hay
otro grupo de árboles que no se desarrolla mucho, quedando más bien pequeño y
dando muy pocos frutos. Los escasos frutos que da no pueden comerse debido a su
acidez. Son ese tipo de frutos que la gente escupe cuando los prueba.
· Hay
un último grupo de árboles que no se desarrolla en absoluto y casi no da
frutos. Su existencia es casi completamente vana ya que no da ni ofrece aquello
para lo cual vino al mundo.
Padre de familia, está en
nosotros formar a nuestros hijos, desde que nacen, como
plantitas hasta que se formen como árboles frondosos, cuidándolas de peligros y
de cizañas, dándoles el agua para que no se marchiten, cuidándolas para que no
se vayan torcidas, enderezarlas a tiempo, cuidándolas de plagas que puedan
dañar sus vidas y para que tengan un excelente fruto. Sabemos que no es fácil
ser padres, ya que no somos perfectos. Pero una cosa si debemos saber, que Dios
nos dio las bases para ser buenos padres y mejores hombres:
Y
vosotros, padres, no provoquéis
a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4).
Siervos, obedeced en todo a
vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a
los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis,
hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del
Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís
(Colosenses 3:22-24).
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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