Como mujeres tenemos un alto nivel de responsabilidad de parte de Dios pero
también de dones y talentos, y hay que pedirle ayuda y sabiduría a Dios para
saber cómo utilizarlos y ser de bendición para quienes nos rodean, y
principalmente, los hijos; quienes son el legado, la herencia y descendencia de
nuestra ESENCIA. Lo que nosotros somos estaremos dando a nuestros hijos, pues
ellos nos observan y se dan cuenta de hasta los más mínimos detalles. Una
persona tan allegada, tan amada e íntima como una madre, marcará para bien o
para mal la vida de sus hijos.
Los principios y valores que quieren ser enseñados, necesitan
fundamento, firmeza, determinación, seguridad, transmisión de confianza,
rectitud y un alto valor agregado. Vivimos observando, pensando,
reflexionando en TODO lo que los demás hacen o dejan de hacer. Siempre habrá
alguien que tendrá alguna opinión sobre cada cosa que hacemos y nos dejamos
llevar mucho por lo que nuestros ojos ven.
Precisamente por esa misma naturaleza, "vemos el
ejemplo" de los demás. La congruencia de palabras y acciones, pensamientos
y hechos. El ejemplo de quienes nos rodean hace un impacto muy grande en
nuestras vidas e influye de manera significante. Lo que aprendemos de
niños es muy poco probable que lo olvidemos de adultos y el carácter que se
formó, seguirá con nosotros. En el camino transitorio de la vida, la mujer, una
madre es la que se ocupa la mayor parte del tiempo de los hijos y es la que
pasa más tiempo con ellos. Ella les dio la vida, los alimentó, se desveló y un
sin fin de cosas más; por eso Dios le ha dado un toque especial, una habilidad
y destreza para tratar el corazón, pero la mujer que es necia y no se ha dado
cuenta de la gracia y responsabilidad que ha recibido, en lugar de ser para edificación,
será para destrucción (Prov. 14:1)
Aprovechemos la oportunidad que Dios nos ha dado de cambiar y
transformar vidas, de hacerlo bien, para Su gloria y Su honra, de preparar
varones y mujeres conforme al corazón de Dios, sensibles a Su Palabra y receptores
de ella, que a la vez, ellos mismos hagan cambios en quienes los rodean, y así
la cadena nunca se terminará y el propósito de Dios se cumplirá, que Su reino
se vaya extendiendo y que todo hombre conozca y oiga del único y suficiente
Salvador.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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