La fe de esta
mujer sí que era grande, tal vez su mayor problema no era tanto que su hija
estuviera endemoniada ya se había acostumbrado a ello, era parte de su
vida y es seguro que había intentado curarla por otros medios.
Lo que no había
experimentado era que los seguidores de Jesús la corrieran por escandalosa y no
se imagino jamás que el
mismo Jesús la menospreciara diciéndole que el pan era de los hijos y no
de los perrillos, como diciéndole éste alimento es para los judíos y no para
los gentiles (los no judios) y pese a todo ella confiaba
que Jesús tendría misericordia para su hija.
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Esa tarde la fe de esta mujer fue llevada al extremo y de allí a la respuesta.
Esa tarde la hija fue liberada y marcada por la fe de su madre.
Por favor suceda lo que suceda no pierdas la fe.
Sigue pidiéndole a Cristo que tenga misericordia de tus hijos, de tu esposo, de tu familia.
No te rindas pronto vendrá tu respuesta.
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Eso es fe. Sufrir
lo que se tenga que sufrir, pero no dejar de creer en Dios.
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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