Lamentablemente no podremos evitarlo, no podremos evitar el momento en que nos lleguemos a sentir solos, desesperados y frustrados. Es parte de nuestro camino pasar por ese momento, inclusive, hasta necesario. Lo cierto es que cuando ponemos nuestra mirada en Jesús, aunque el problema o situación sigue ahí, pasa algo en nuestro ser que se va desgastando (2 Cor. 4:16) hay cosas que el Señor está quitando en medio de esos momentos de soledad y aflicción y nuestro ser interior (el espiritual, el que busca siempre la verdad y cercanía con Dios se va restaurando y regenerando, tomando fuerzas y haciéndose más firme y estable.
La alegría y consolación que tenemos en Cristo, es que ÉL nos anhela celosamente. Él nos desea, desea hablarnos y desea manifestarse de una manera sobrenatural en nuestras vidas, desea que prestemos atención a sus palabras y seamos nuevas personas. Si hoy alguno de nosotros se siente solo, esperanza tenemos, y debemos de recordar que fuimos comprados por precio, y precio de sangre (1 Cor. 6:20, Ef. 1:7)
Y si fuimos tan valiosos y tan importantes para Dios, que derramó Su propia sangre por nosotros, ¿cómo estaremos solos? ¿Cómo nos dejará caídos? Fuimos comprados, tenemos DUEÑO, LE PERTENECEMOS A ALGUIEN, SOMOS IMPORTANTES. Y si somos importantes, este hermoso pasaje nos lo declara una vez más: "Yo soy de mi AMADO, y conmigo tiene su contentamiento"
Dios se alegra en nosotros, se deleita en nosotros, le gusta estar con nosotros. Por eso es una garantía que siempre tendremos su compañía aún en esos breves momentos de soledad, y es un gozo y satisfacción ( al menos debería serlo) saber que ese Dios Omnipotente, se interesa por mí, que me está esperando, que me ama, que se alegra cuando me hinco a orar, cuando leo Su Palabra, cuando lo busco fervientemente, es un gozo saber que alguien me espera y que nunca me dejará solo, quien me comprende al 100% y me guiará a tierra de rectitud. Gocémonos en la Presencia de nuestro Dios que es tan accesible, porque en Su Presencia hay plenitud de gozo, Delicias a Su diestra para siempre (Salmos 16:11)
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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